Plutón y la controversia de los astrónomos por cómo definir un planeta

Definitivamente, Plutón ha sido un auténtico caballo de Troya dentro de la Unión Astronómica Internacional desde que fue degradado en el año 2006. Recordemos que en ese año, la Unión Astronómica Internacional consideró que Plutón no reunía todos los criterios suficientes como para ser considerado un planeta. Sin embargo, y desde entonces, se han ido complicando las cosas para definir lo que es un planeta realmente. ¿Cómo terminará este embrollo? ¡Continuemos indagando en este interesante tema!

La controversia por definir a Plutón no ha parado
Una toma de la superficie de Plutón capturada por la sonda New Horizons de la NASA en el año 2015

El concepto de planeta nunca fue definido oficialmente

Para entender todo el desastre que hay en torno a cómo catalogar un planeta, es necesario comprender cómo se inició todo esto. Aunque no lo parezca, la palabra “planeta” nunca fue definida de forma oficial como tal, por lo que siempre fue utilizada libremente según la apreciación de cada astrónomo.

Una de las primeras civilizaciones antiguas en emplear la palabra “Planeta” fueron los antiguos griegos, los cuales categorizaron a cualquier estrella errante como planeta. Esto, obviamente, incluyó al sol y la luna. Esto se mantuvo hasta la llamada “revolución Copérnicana” la cual redefinió la astronomía catalogando a la Tierra como planeta, el sol fue ascendido a estrella fija y la Luna fue degradada a satélite.

El concepto copernicano rigió la base de la astronomía durante más de 200 años. De hecho, cuando se descubrió a Urano (1781) y luego a Ceres (1801), fueron catalogados inicialmente como planetas. Posteriormente, cuando se descubrieron más objetos con órbitas similares a la de Ceres, los astrónomos comenzaron a replantearse muchas cosas en relación con la clasificación de planetas. La principal causa por la que los astrónomos se vieron motivados a redefinir el término de planeta fue por el hecho de que estos debían vivir solos. A partir de entonces, los objetos estelares pequeños con órbitas similares a Ceres se catalogaron como “Asteroides”.

Este cambio en las clasificaciones fue ampliamente aceptado, hasta cuando se descubrió Plutón en 1930. Si bien, Plutón fue clasificado como planeta, este, además de poseer una órbita muy inestable, era mucho más pequeño que los demás planetas, por lo que varios astrónomos no se sentían muy satisfechos con su categorización.

La degradación de Plutón

Durante la década de los 90, se descubrieron numerosos objetos similares a Plutón en el cinturón de Kuiper, lo cual dividió aún más a los astrónomos sobre lo que consideraban un planeta. Pero tras el descubrimiento de Eris, un objeto más allá de Neptuno, de tamaño muy similar a Plutón, y con una órbita similar, provocó una reunión de la Unión Astronómica Internacional para redefinir lo que es un planeta.

A raíz de esa reunión llevada a cabo en el año 2006, la mayoría de los astrónomos acordaron que, para clasificar un objeto como planeta, debía cumplir tres reglas fundamentales:

  1. El objeto debe orbitar alrededor de una estrella fija como los es el sol
  2. tiene que ser suficientemente masivo como para tener una forma esférica
  3. El objeto, gravitacionalmente, debe dominar su propia órbita lo suficiente como para impedir que cualquier otro objeto con un tamaño similar al suyo orbite en su espacio.

Como vemos, Plutón cumple a cabalidad las dos primeras reglas, pero no la tercera. Es importante recordar que una de sus lunas, Carontes, posee aproximadamente la mitad del tamaño de Plutón. Por ello, Plutón fue degradado a planeta enano y, hasta los momentos, es el planeta enano más grande del sistema solar.

La controversia en torno a la definición de planeta continúa

Un hecho a reseñar es que, actualmente, la Unión Astronómica Internacional está dividida en dos bandos:

  • Los geofísicos, los cuales argumentan que un planeta debe ser cualquier objeto esférico con gravedad propia.
  • Los dinamistas, los cuales proponen que un planeta debe ser cualquier objeto con capacidad de dominar su órbita y mantenerla limpia de cualquier otro elemento de tamaño similar.

Claramente, si nos vamos por la definición de los geofísicos, Céres, Plutón y una gran cantidad de objetos que se han encontrado pasarían a ser clasificados como “Planetas”. No obstante y, hasta los momentos, los dinamistas han ganado la redefinición de planeta. Sin embargo, la controversia aún continúa, pues ambos argumentos tienen muchos vacíos en sí. Las definiciones de “esférico” y “mantener limpia su órbita” resultan ser bastante ambiguas.

Por ejemplo, Plutón, a pesar de ser esférico, solamente es capaz de retener un 6 % de su gravedad. En cuanto a lo de despejar su órbita, Marte es 5.000 veces más masivo que el objeto próximo más grande de su órbita.

El gran desorden que tienen los astrónomos al día de hoy

Pero la ambigüedad en la redefinición de planeta no es el desorden principal que tienen los astrónomos y geofísicos. El mayor desorden lo tienen en los subtipos. Por ejemplo, cuando los astrónomos hacen referencia a galaxias pequeñas, estas serían versiones pequeñas de galaxias, pero siguen siendo galaxias como tal. En el caso de los planetas enanos, no es así. Por ejemplo, Ceres y Plutón son objetos con suficiente gravedad para mantener su forma esférica. Pero al no poder tener despejada su órbita de objetos con masas similares, se les considera planetas enanos. Sin embargo, no son categóricamente planetas.

De la misma manera, sucede con los objetos pequeños incapaces de tomar una forma esférica. Aunque parezca increíble, los asteroides y cometas tampoco están definidos oficialmente como tal. Por ello, dentro de la comunidad astronómica, estos pequeños objetos incapaces de tomar una forma esférica por lo pequeño que son, se les denomina: “pequeño cuerpo del sistema solar”.

No obstante, este desorden astronómico no es producto exclusivamente de los astrónomos y geofísicos, sino del mismo universo, el cual, dado su gran dinamismo, impide que se definan oficialmente muchas cosas. Con ello, podemos asegurar que la controversia continuará y, a medida que se vayan haciendo nuevos descubrimientos, se irán redefiniendo muchas otras cosas.