El fin de las redes sociales ¿Estamos a las puertas de ello?

Cuando las redes sociales comenzaron a germinar a mediados de la década del 2000, se afirmaba que estas iban a ser la nueva «plaza del pueblo». Lo cierto es que cada vez estos espacios sociales digitales están dejando de ser ese «Ágora digital de interacción social» y ahora se parecen más a unos adolescentes atrevidos y problemáticos. De hecho, plataformas como Facebook y X (Twitter) son, al día de hoy, imanes para generar todo tipo de controversias. ¿Estamos en la víspera del fin de las redes sociales, tal como fueron concebidas originalmente? ¡Analicemos este interesante tema!

¿Estamos viendo el preludio del fin de las redes sociales?

Las redes sociales se están transformando en extraños experimentos problemáticos que pocos han notado

Aunque muchos usuarios aún no lo perciben, lo cierto es que el segmento de la interacción social digital se está transformando, o mejor dicho, se está dividiendo. Las interacciones personales y publicaciones naturales están migrando a entornos cerrados y grupales tales como WhatsApp y Telegram. Mientras, las redes sociales abiertas como Facebook, X (Twitter) e Instagram se están convirtiendo en una especie de «televisión hiperactiva» donde cada vez pululan más los vídeos cortos de extraños y contenidos artificiales.

De hecho, si accedemos e indagamos durante unas horas las publicaciones públicas que se hacen en redes sociales abiertas, notaremos que, en efecto, más del 50 % son vídeos cortos de extraños (usuarios que ni seguimos ni nos siguen) y publicaciones textuales claramente tendenciosas y artificiales. ¿Por qué sucede esto? Pues actualmente muchas redes sociales abiertas están siguiendo los pasos de la plataforma china TikTok en cuanto a sugerir contenidos seleccionados por IA, dependiendo del comportamiento y lo que visualiza el usuario.

Esta característica que la promocionan como «contenido personalizado» en la práctica lo que está ocasionando es la generación de publicaciones que simplemente buscan visualización para posicionarse y ser recomendados a otros usuarios. Es decir, estas plataformas sociales abiertas ya no están tomando en cuenta la naturalidad o seriedad de una publicación, sino cuantas veces ha sido visualizada. Inclusive ya las interacciones o las veces que se comparte una publicación, no son tomadas muy en cuenta.

¿Por qué los contenidos e interacciones naturales migran a redes sociales cerradas?

Un gran número de usuarios que hasta hace unos 5 -6 años disfrutaban publicando sus propios textos, imágenes y vídeos en redes sociales abiertas, ahora lo hacen en plataformas cerradas como WhatsApp y Telegram. La razón principal de esta migración radica en que estas Apps sociales muestran los contenidos publicados de forma cronológica y ordenada. No mediante un algoritmo de IA, el cual prioriza los contenidos dependiendo de cuanto han sido vistos. Esto, tal como señalan en The Economist, reduce el incentivo de publicar contenidos de tipo sensacionalista o Chewbacca (tomar un tema social y darle un sentido pronosticador con relleno sin sentido) y fomenta más el debate natural.

No obstante, esta nueva tendencia hacia las plataformas cerradas tienen sus propios riesgos. La ausencia de moderación es el principal riesgo en sí. Para grupos pequeños es positivo la ausencia de moderación, pues relativamente el mismo grupo se controla y se modera. Pero en el caso de los grupos de más de 10.000 usuarios, el monitoreo se torna problemático y comienzan a aparecer publicaciones falsas que en una red social abierta hubiese sido eliminada.

La politización de las redes sociales abiertas es otro factor fundamental, por lo que muchos usuarios han disminuido sus publicaciones. Nuevamente, el algoritmo de IA que da prioridad a las publicaciones más vistas (no las más compartidas, más serias, o con más «likes») es la culpable de ello. Desde la introducción de esta característica, muchos políticos populistas como Trump, Bukele, Maduro y Petro, entro muchos otros, han aprovechado esta situación para fabricar desinformación y teorías de conspiración que los favorece, usando bots para ello. Obviamente, estos bots no solo generan contenidos tendenciosos y desinformadores, sino que también, visualizan otros contenidos previamente programados.

De igual manera, también otros influenciadores aprovechan esta característica de las redes sociales abiertas para polemizar con temas sociales, criptomonedas, religión, salud, etc. Esto ha hecho que muchos usuarios aborrezcan estas plataformas sociales abiertas.

Del periódico digital abierto a la publicidad intrusiva y marketplace oscuros

Cuando Mark Zuckerberg lanzó Facebook en la década del 2000, aseguró que las redes sociales abiertas serían «los nuevos periódicos digitales abiertos» donde los usuarios serían sus periodistas. Sin embargo, al día de hoy vemos todo lo contrario. Las plataformas sociales abiertas (Facebook, Instagram, YouTube, Twitter/X, etc.) ya no se centran en el usuario como tal, sino en como generar ingresos a como dé lugar. En Instagram podemos observar como nos bombardean con reels publicitarios a cada rato. En X (Twitter) la publicidad intrusiva está a la orden del día. YouTube ha llegado inclusive al nivel de ralentizar los vídeos a propósito en navegadores como Firefox e impide que se visualicen muchos vídeos si detecta el uso de Adblockers.

Este tipo de «marketplace» al mejor estilo del lejano oeste o del «Sálvese quien pueda» ha provocado que muchos usuarios migren o generen sus periódicos digitales en plataformas cerradas. De hecho, actualmente se estima que solo el 19 % de los usuarios activos en redes sociales abiertas comparten frecuentemente noticias. Esto nos da a entender que más del 70 % de las noticias que encontramos en redes sociales abiertas no son generadas de forma natural.

En Resumen

Sin duda, estamos viendo un ocaso de las redes sociales tal como fueron concebidas, pues estas plataformas, se han ido desvinculando del usuario como tal. Con la implementación de algoritmos que priorizan las visualizaciones, se ha desestimado la publicación de contenidos naturales en favor de contenidos tendenciosos e influencers que buscan polemizar para ser tendencia. Todo ello ha provocado un aburrimiento en muchos usuarios, los cuales se refugian en plataformas cerradas donde pueden debatir sin ser atosigados por la nueva tendencia de las plataformas sociales abiertas.

Sin embargo, estas redes cerradas a medida que crecen se van haciendo problemáticas y terminan siendo focos de desinformaciones y posiciones extremistas. ¿Qué pueden hacer las redes sociales abiertas para evitar su debacle?, ¿cómo podrían hacer frente a los nuevos desafíos que están surgiendo?